
«Sin embargo, hay que decir en esta primera valoración de los cambios ministeriales, que la tendencia más represiva y autoritaria en el gobierno ha sido derrotada por la acción persistente de la lucha del pueblo, en primer lugar de Cajamarca en su rechazo al proyecto minero Conga, la provincia cuzqueña de Espinar y las jornadas nacionales de lucha a cuya cabeza estuvo la CGTP»
Teófilo Bellido
Cinco cambios de ministros, destaca la presencia de seis mujeres en el nuevo gabinete. En medio de conflictos sociales se va el cuestionado e insostenible Oscar Valdés e ingresa como Presidente del Concejo de Ministros, Juan Jiménez Mayor, ex Ministro de Justicia y Derechos Humanos, quien promete el dialogo para solucionar problemas que afectan al país. También fue cambiado el Ministro del Interior Wilber Calle por el abogado Wilfredo Pedraza. Oscar Valdés y Wilber Calle encarnaron la tendencia más represiva y autoritaria del gobierno frente a los conflictos sociales, especialmente mineros.
En relación a ello, el camino para el movimiento popular es persistir en la exigencia por democratizar el Estado y dar solución a los problemas sociales con la participación de las autoridades locales elegidas y los representantes de las organizaciones populares, derogar las normas que permiten la criminalización de la protesta que, sabemos, no se anulan con palabras de un gabinete recompuesto al que dicen será dialogante; más si es la desconfianza la que predomina en gran parte de la población por una serie de promesas electorales incumplidas por el presidente Ollanta Humala.
Sin embargo, hay que decir en esta primera valoración de los cambios ministeriales, que la tendencia más represiva y autoritaria en el gobierno ha sido derrotada por la acción persistente de la lucha del pueblo, en primer lugar de Cajamarca en su rechazo al proyecto minero Conga, la provincia cuzqueña de Espinar y las jornadas nacionales de lucha a cuya cabeza estuvo la CGTP. Para el gobierno no había otra salida que cambiar hombres, corresponde ahora demandar políticas y actitudes democráticas.
Tenemos que afirmar la necesidad de hacer realidad el diálogo como vía que permita abrir las puertas para la solución de los conflictos sociales, es el caso del proceso que se ha iniciado en Cajamarca para el tema Conga con la participación de Monseñor Miguel Cabrejos y el padre Gastón Garatea como facilitadores. No más muertos, no más detenciones, levantar el Estado de Emergencia en Cajamarca.
En este “nuevo gabinete” continúa inamovible Luis Miguel Castilla Rubio con el fajín de Ministro de Economía y Finanzas, lo que significa más continuismo neoliberal, mantener las líneas gruesas de la política económica, fiscal, financiera y presupuesto que el Estado Peruano ha venido desarrollando en esencia hace 20 años con los resultados de desigualdad y exclusión que el pueblo ya conoce.
Es la política económica que adopta un gobierno la que en gran parte determina su actuación desde el Ejecutivo, el Banco Central de Reserva (BCR) y los diversos mecanismos del Estado. Si es el modelo económico neoliberal (promovido por la derecha y el empresariado) el que se implementa desde el MEF, será limitada la atención a los problemas económicos y sociales.
Sin cambio de modelo económico y las normas constitucionales que la amparan, es difícil cambios de fondo en otros rubros de la sociedad. Lo que no significa cruzarnos de brazas en la lucha para lograr conquistas en el aspecto laboral, agrario, descentralización, educación, salud. No perder de vista la meta de los grandes cambios, tampoco dejar de lado la lucha por las reivindicaciones inmediatas.
El cambio que exige el Perú no consiste en ponerle cara atractiva al modelo económico, madre de los grandes problemas, tampoco maquillar el status; se trata de formular y hacer realidad un programa integral de transformaciones, un plan de gobierno que se oriente al progreso y desarrollo soberano del país, donde no sean las transnacionales las que finalmente decreten las políticas gubernamentales, ni sea la represión la respuesta a las justas reclamaciones del pueblo. Se trata que el pregonado crecimiento sirva, también, al desarrollo de la mayoría postergada.
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