Fecha: 2013-01-16 Fuente: CUBARTE
La televisión cubana, desde su inicio el 24 de octubre de 1950, cuando Gaspar Pumarejo lanzó al aire una alocución en control remoto desde el Palacio Presidencial del entonces presidente Carlos Prío Socarrás inaugurando el Canal 4, y posteriormente la salida al aire de la poderosa CMQ Canal 6, de los hermanos Abel y Goar Mestre que tras lograr un préstamo importante de uno de los prohombres de la televisión latinoamericana, el empresario mexicano Don Emilio “El Tigre” Azcárraga, debuta el 18 de diciembre de ese mismo año, transmitiendo de forma regular en marzo de 1951. Estas televisoras, asociadas a empresas norteamericanas como Dumont y RCA Víctor alcanzaron características de orgullo nacional y puso a Cuba en una posición de privilegio, siendo de los primeros países del mundo en poseer un medio masivo, que contribuyó de manera impresionante a cambiar en cuanto a concepciones y estilos de información, conocimientos, promoción, publicidad, etcétera.
![]() |
Canal 4 en 1950. Foto: Televisión Cubana |
Los comerciantes acudían en masa para patrocinar programas y los anuncios comenzaban con brío su agobiante presencia que se reafirma con la apertura del Canal 2, Telemundo (también llamada cadena nacional aunque ninguna cubría todo el país) el de más poderosa señal de emisión, con una serie de hombres de negocios como junta directiva, capitaneados por el acaudalado y turbio empresario Amadeo Barletta, el 18 de febrero de 1953, siendo el cuarto canal, pues ya existía el Canal 7, CMBF con una programación más modesta. El motor impulsor era el “rating” palabra que significa el tamaño de la teleaudiencia de un programa y que se toma como indicador de su popularidad, por lo que la lucha por dominar el “rating” se tradujo en mayores presupuestos para las puestas en pantalla, con tal de lograr, a golpe de publicidad, mayor consumo para los productos del anunciante y/o patrocinador del programa.
La TV seguía creciendo con nuevos canales y en el mundo de los musicales se produjeron programas de muy buen nivel, como Álbum Phillips, el Bar Melódico de Osvaldo Farrés, El Gran Teatro Esso, Hallycrafter Frigidaire, Show de Shows y otros que alcanzaron categoría de leyendas, como Cabaret Regalías y Jueves de Partagás dos exitosas firmas de cigarrillos, que según cuenta la leyenda, poseían un presupuesto de más de 10 mil pesos a la semana (en aquélla época) y que CMQ TV manejaba hábilmente haciendo que compitieran entre sí desde la misma televisora, uno el miércoles y otro el jueves acaparando la atención esos días con dos súper estelares. Mientras, Pumarejo competía en agilidad mental, con siempre incompleto presupuesto pero ideas que le resultaron formidables como la creación de Escuela de Televisión y proyectos como Hogar Club y Reina por un Día, que podría decirse que con menos recursos y gran habilidad, competía muy fuerte y poseía un público impresionante, pues hasta las esposas de los altos ejecutivos de CMQ pertenecían a Hogar Club demostrando así sus cualidades de empresario y voluntad de un hombre que a pesar de ser tartamudo era uno de los presentadores más populares del país.
![]() |
Dicen que fue en La Habana, donde a Libertad Lamarque se le bautizó como La Novia de América. Foto: Habana Radio |
La competencia entre los tres canales líderes y en sentido general, era muy fuerte, por lo que no solo se presentaban en esos estelares grandes y famosos artistas cubanos sino que junto a nuestras grandes figuras, salieron por la pantalla de TV rutilantes estrellas internacionales, como Libertad Lamarque, Pedro Vargas, Pino Baratti, Los Tex Mex, Pedro Infante, Jorge Negrete, María Félix, Daniel Santos, Dolores del Río, Lola Flores, Pedrito Rico, Lucho Gatica, Niní Marshall, Dick y Biondi, Sarita Montiel, Gogó Andreu, para mencionar solo unos pocos que incluso —algunos de ellos— se hicieron grandes desde aquí, teniendo sus tropiezos, para enriquecer el anecdotario que fueron creando con su presencia, como el caso de la gran actriz mexicana Dolores del Río, que actuando junto a Enrique Santisteban en Cabaret Regalías, se le olvidó el libreto y fingió un desmayo para salir del apuro o el problema publicitario que se suscitó con una de las canciones más famosas del repertorio de Sarita Montiel: Fumando espero muy de moda en esos tiempos, que en una parte decía algo así como “por eso estando mi bien, es mi fumar un edén” y como la firma de cigarrillos Edén patrocinaba un programa rival de CMQ, Pumarejo obligó a Sarita a cambiar la letra por “… es mi fumar un placer”. Competencia feroz, pero de alguna forma estimulante y así fueron surgiendo programas de diversa índole en aquella televisión que logró hazañas tecnológicas increíbles para su época.
El triunfo de la Revolución, bien recibido por prácticamente todos los sectores del país, porque si algo logró Batista fue el desprecio y el repudio de una inmensa y aplastante mayoría, fue destapando desavenencias con los acaudalados empresarios hasta que la política de intervención se hizo presente en el importantísimo renglón de los medios masivos, ya que era sencillamente imposible, para los planes de la Revolución, el dejarlos en manos privadas, sobre todo de personas que por su forma de pensar y trayectoria política eran enemigos naturales del proyecto revolucionario.
En 1962, se creó el Instituto Cubano de Radiodifusión, posteriormente Instituto Cubano de Radio y Televisión (ICRT), que sigue siendo la empresa aglutinadora de todas las transmisiones oficiales del país.
Es innegable que en el transcurso de estos años, la televisión cuenta con grandes logros en su haber, a pesar de haber sufrido un proceso tan radical en concepto, pues pasaba de ser un medio privado de publicidad eminentemente comercial, que empleaba compañías publicitarias como Guastella Mac Ericsson, OTPLA y Publicitaria Siboney, a una entidad gubernamental de suma importancia en lo referente a la información y conformación del gusto popular.
Se redujo el tiempo de los anuncios y fueron sustituidos por promoción de campañas y mensajes revolucionarios y la presencia de la alta dirección del país fue habitual, utilizando la televisión como el medio por excelencia para la comunicación entre pueblo y gobierno.
En cuanto a los musicales puede decirse que se mantuvo una excelencia. Aunque algunos de los grandes directores como Roberto “El Caballo” Miranda —el primer director de programas televisivos que los Mestre enviaron a estudiar a Estados Unidos— Alberto Illa, Cardentey, Eugenio Pedraza Ginori y otros, emigraron en el largo proceso de nuestra historia televisiva del 59 hasta hoy, excelentes directores de renombre quedaron entre nosotros, como Amaury Pérez, Joaquín Melgarejo Condall, Ernesto Casas, hijo del ilustre Luis Casas Romero y el único en dirigir con la partitura delante, gracias a su elevada formación musical, Jesús Cabrera, Pepe Simón, entre otros y como dato curioso, pero de gran importancia, tuvimos apoyo foráneo con la presencia del mexicano Alfonso Arau, que vino a Cuba con el dúo humorístico “Corona y Arau” y se quedó un tiempo entre nosotros. Hombre de gran talento, introdujo sus ideas e inquietudes en el Teatro Musical y la TV creando excelentes programas como El Show de Arau que tenía como co-director a un joven que venía del Canal 2, que hizo una excelente combinación con él y que sería posteriormente uno de nuestros grandes directores: Manolito Rifat, todos ellos pioneros de los directores de programas musicales que se han ido formando hasta nuestros días.
Algunos programas musicales se quedaron, otros se transformaron y se añadieron nuevos espacios. A pesar del golpe económico del bloqueo, la televisión siguió produciendo musicales que mantuvieron una posición de vanguardia en América Latina, programas como el Cabaret Regalías cambiaron el nombre a Casino de la Alegría, pero a pesar de que dejaron de venir contratadas las figuras internacionales mantuvo el nivel de realización. Melodías de Ayer y de Hoy, Álbum de Cuba continuó con la exquisita Esther Borja; se fue Arau de regreso a su país, pero Rifat hizo Música y Estrellas, Joaquín Condall siguió dirigiendo y lanza con guiones de Carballido Rey y Enrique Núñez Rodríguez el humorístico-musical Ritmos de Cuba que el pueblo rebautizaría como San Nicolás del Peladero.
![]() |
Justo Vega y Adolfo Alfonso en Palmas y Cañas. Foto: Cubadebate |
Palmas y Cañas —que sale al aire el 19 de octubre de 1962 con el Dúo Los Compadres, Inocente Iznaga, “El Jilguero de Cienfuegos” los repentistas Justo Vega y Adolfo Alfonso, el conjunto Palmas y Cañas de Miguel Ojeda y Ramón Veloz con Coralia Fernández— todo un símbolo de amor a la música campesina, es el programa aún vigente que posee el récord de permanencia en pantalla en nuestra televisión. 4 Voces en el 4, programa dedicado a los cuartetos vocales, en pleno apogeo; Nuestra América dedicado a la música latinoamericana, A la Hora del Cañonazo y muchos más, algunos no tan buenos como la tradición exigía y otros que mantenían una calidad de primera línea; Braulio San Agustín dirige Buenas Tardes y Eduardo Cáceres Manso, que posteriormente emigró, tuvo un éxito extraordinario con Para Bailar, mientras Douglas Ponce dirigía Te doy una canción programa musical dedicado al quehacer de la nueva trova.
Para muchas de estas producciones musicales el ICR contaba con una formidable orquesta, que constituía un apoyo esencial para la realización de los programas con alta categoría. Cuando un artista asistía a un colectivo que así se denominó a la reunión de preparación o pre producción del programa, el director exponía su concepción del espectáculo y por lo general, los artistas y técnicos reunidos aportaban alguna que otra idea. Alguno de los directores de la orquesta o su delegado estaban presentes y el director encargaba a los artistas que montaran las piezas musicales que le hacían falta para el desarrollo del programa y el artista con el arreglista designado ponían manos a la obra para grabar en el estudio 2, hoy Sonocaribe el arreglo con la orquesta, que me atrevo a decir que era la más entrenada para ejecutar arreglos —algunos difíciles— salidos de plumas ilustres, a primera vista, bajo la batuta de Rafael Somavilla, Adolfo Guzmán, Roberto Valdés Arnau, José Ramón Urbay, González Mantici, Miguel Patterson, Tony Taño y otros distinguidos músicos que grababan varias veces a la semana.
La televisión constituía el medio ideal de promoción para el artista, además de una fuente de trabajo remunerado, porque hasta la llamada “Ofensiva Revolucionaria” de 1968, la participación de los artistas se pagaba, lo que se dejó de hacer por el cambio de sistema salarial primero y actualmente por considerar que el pago del artista es la promoción y publicidad que recibe por salir en un medio masivo.
Hoy, a no ser un evento excepcional no se cuenta con una orquesta, todo se ha reducido a pequeño formato, lo que no quita que haya calidad, pues han surgido directores de talento que suplen con imaginación los recursos a veces limitados en escenografía y otros menesteres, pero ya no se hacen aquellos programas donde el director y su equipo podían soñar con versiones a propósito de sus intenciones. El musical, por regla general, ha bajado en calidad, limitándose a presentar al artista con lo que trae, a veces muy bueno y otras no tanto, en función del programa y su línea estética.
Existen musicales de gran popularidad, pero algunos usan materiales enlatados, que si se abriera el mercado para vender en el exterior —nada imposible debido al interés en la música cubana y el cada vez mayor incremento de comercio con nuestro país por múltiples naciones, incluyendo a Estados Unidos— no se pueden utilizar porque esos materiales que se usan de los artistas extranjeros no han pagado derechos, lo que los invalida como producto comercial pues nadie va a comprar arriesgándose a una demanda.
El estudio 2, como citamos es hoy una empresa de grabaciones vinculada a Radio Taíno, que cuenta con competentes especialistas de grabación, pero su equipamiento técnico está totalmente deteriorado y si se mantiene es gracias al esfuerzo de sus trabajadores que aportan equipos propios para preservar el funcionamiento, trabajando sin aire acondicionado en la cabina de grabación, además del deterioro histórico del lugar que se ha ido subsanando en los últimos años, aunque no se ha acabado de reparar siendo un estudio histórico donde han grabado glorias de la música no solo cubana, sino universal, desde Benny Moré, hasta Los Panchos.
![]() |
Gala de premiación de Lucas: para muchos el mayor espectáculo musical del año . Foto. Marianela Dufflar / Cubadebate |
No se trata de críticas crueles ni de flagelar a nadie, porque no creo que sea descuido, aunque sí puede haber incomprensión en cierto grado, pero la palabra que se impone es presupuesto.
No alcanza para invertir en equipamiento, ni para la obra estructural, además de que al tratar de hacer una empresa mixta en el estudio, se cerró la posibilidad de que fuera el local de ensayo y grabaciones de la orquesta y ahora no hay espacio ni técnica de grabación para una agrupación de gran formato como la que existía.
La televisión necesita de mayor presupuesto, por lo que se hace necesario extender sus formas de financiamiento en distintos sentidos. Tiene que buscar alianzas con organismos de la cultura como el Instituto de la Música, ACDAM, etc. y admitir de una vez patrocinadores de empresas cubanas y mixtas como ya se admite que producciones de disqueras y otras entidades particulares nutran programas como Lucas, Clip.Cu, Ritmo Clip y otros. La coproducción y patrocinio o sponsorización como suele llamársele, permitiría recuperar la producción de programas que merezcan en verdad el calificativo de “estelar”, con más recursos y mejor terminación, además de que el ICRT puede aplicar políticas de acuerdo a su razón de ser y estatus.
La comercialización y realización del producto cultural en la TV tiene que marchar con la modernización y cambios para bien en el país, el resto será talento, que por suerte es una bendición que siempre nos ha sobrado.
Nota:
Fueron utilizadas como fuentes de información: Enrique Pineda Barnet; Sol Aparicio Pinelli; testimonio de Goar Mestre; Mayra Cué.
Temática: Cine, Radio y Televisión
Deja una respuesta