Me enteré hoy que el 29 de abril, Cuba recibió el reconocimiento de la Organización de la Naciones Unidas Para la Alimentación y la Agricultura (FAO por sus siglas en inglés) por “haber anticipadamente cumplido la meta propuesta por la Cumbre Mundial sobre la Alimentación, que se celebró en Roma en noviembre de 1996, y que proponía reducir a la mitad el número de personas desnutridas en cada país antes del año 2015”.
Ese pueblo, despreciado por la oligarquía criolla – y por algunos no tan oligarcas también – logra esas metas vitales para su bienestar en situaciones climáticas, agronómicas, geopolíticas, económicas, territoriales y hasta con la hostilidad activa y manifiesta de la principal potencia militar del planeta, que lo somete desde hace más de 50 años a un bloqueo hambreador, derrotado, obviamente por la decisión soberana de un pueblo de no sucumbir a la humillación.
Cabe destacar que en los Estados Unidos alrededor del 14% de la población pasa hambre, aunque en el 2006 hayan eliminado la medición del “hambre” de la población, a ver si así no mejoraba la cosa… puras ilusiones, el eufemismo que utilizan ahora, “inseguridad alimentaria”, sigue indicando que esos 14% de hambrientos siguen sin comer lo suficiente y el número de excluidos crece.
Otros países que más éxitos han tenido en la reducción del hambre son: Armenia, Azerbaiyán, Chile, Fiji, Ghana, Guyana, Nicaragua, Perú, Samoa, Santo Tomé y Príncipe, Tailandia, Uruguay, Venezuela y Vietnam.
Paraguay, por supuesto, no figura. Los oligarcas golpistas y hambreadores que se re-acomodaron en nuestro Parlamento y en el poder de la República, se mofan de estos países y opinan, a boca llena, que son atrasados, antidemocráticos y que no pueden compararse con “su país de maravillas” que describía Sotero Ledezma, uno de los iconos culturales de la oligarquía patria.
La realidad es que “el” Paraguay que han creado estos carcamanes de la política nativa es un país donde un cuarto de la población padece hambre y vive desamparada de todo lo básico necesario para vivir bien: todos los servicios sociales andan mal.
Estos golpistas que ostentan el poder de facto en nuestro país, son la mejor garantía para mantener y aumentar nuestro atraso en comparación con esos y otros muchos países.
Además, son el cimiento del sometimiento a los capitalistas foráneos, ergo, de las corporaciones transnacionales del agronegocio, que nos han convertido en productores de forraje para cerdos, pollos, vacas, perros y demás bestias de países lejanos, al costo de marginar de las básicas satisfacciones individuales a la mitad de la población.
El Estado Paraguayo, usurpado por la oligarquía vernácula, desde hace muchas décadas es enemigo del pueblo humilde, y en su fidelidad a los intereses locales y extranjeros más abyectos, esos que apestan la tierra, cumple la misión de inundar el país de productos de cuarta y a precios de primera, descartados en los países industrializados, en menor porcentaje importados legalmente, y vía contrabando el grueso.
Clase social degenerada, devota de San Garabato, que nos insta a comprar caro y vender barato: ¡soja barata por alimentos caros!.
En fin, frente a los resultados de las recientes elecciones nacionales, más de uno anda diciendo que, de nuevo, la ciudadanía le ha dado “margaritas a los chanchos”, u otras “perlas a los cerdos”, al votar a esos depravados, ¡un millón de paraguayos ha arrojado nuestra soberanía alimentaria a los cerdos!… también otras soberanías, por supuesto.
Gracias a las cúpulas politiqueras, que han transformado el país en un interminable, pestilente y toxico sojal, ahora importamos el 70% de nuestros alimentos, gastando casi el doble de lo que “ganamos” con la soja, todo para que cada cinco años aparezca un Horacio Cartes que, con esa plata y otras desconocidas, vuelva a comprarse las elecciones.
Sobre la rica tierra que les fuera usurpada a los campesinos, donde se producían los alimentos con los que nos criamos sanos y fuertes, ahora se vierte el cáncer en mórbidas gotitas que permanecerán contaminándonos por siempre jamás.
Aunque, y a título de esperanza, no hay que olvidar que de la soja también se hacen tortillas y en la historia de los pueblos, muchas veces las tortillas se han dado vuelta.
Miguel Lovera es Ingeniero Agrónomo, fue Presidente del Servicio Nacional de Calidad y Sanidad Vegetal y de Semillas (SENAVE), durante el Gobierno de Fernando Lugo. Fuerte defensor de las semillas nativas y criollas y de la cultura alimentaria ancestral, al producirse el Golpe de Estado, maquillado de parlamentario, el 22 de junio del año pasado, Lovera presentó su renuncia al cargo ante miles de compatriotas congregados en la calle, frente al local de la TV-Pública, declarando que la única autoridad que reconocía es el pueblo y al él se remitía.
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