O. Fonticoba Gener
El trabajo de orientación y preparación de la familia constituye un objetivo esencial para el fortalecimiento de esa institución como célula fundamental de la sociedad.
De izquierda a derecha: la doctora Mayda Álvarez, del Centro de Estudios de la Mujer, Teresa Amarelle, secretaria general de la FMC, y Jesús Robles, coordinador internacional de programas del UNFPA.
Así trascendió ayer durante la celebración del Día Internacional de la Familia, jornada en la que se repasó, además, la labor de Cuba en cuanto al programa de la Conferencia Internacional sobre Población y Desarrollo (CIPD), que será revisado por las Naciones Unidas en el 2014.
Entre los principios básicos que estableció la CIPD, se concibe a los seres humanos como centro del desarrollo sostenible y a la familia como unidad básica de la sociedad.
Cuba ha apoyado la Convención con legitimidad —dijo Jesús Robles, coordinador internacional de programas del Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA). La concepción de ese programa, en 1994, ya era una experiencia en este país, practicada desde inicios de la Revolución.
Por su parte, la secretaria general de la Federación de Mujeres Cubanas, Teresa Amarelle, señaló que el reforzamiento de la preparación de la familia constituye una prioridad del trabajo de la organización, y resaltó la función del Centro de Estudios de las Mujeres y las cátedras universitarias como herramientas para proyectar acciones más concretas y coherentes en esa dirección.
«El papel protagónico alcanzado por las mujeres en la vida económica, política y social de nuestra sociedad constituye una fortaleza para consolidar la familia a que aspiramos, comprometida con su rol en la comunidad», acotó.
La ocasión fue propicia, además, para realizar el panel «Las familias en Cuba: a 20 años de El Cairo», que ofreció una visión sobre la familia cubana en su diversidad y heterogeneidad, desde las perspectivas demográfica, jurídica, sociológica y psicológica.
La Conferencia Internacional sobre Población y Desarrollo de 1994 fue celebrada en El Cairo con la presencia de 179 países, incluida Cuba. De ahí derivó un programa de acciones orientado a atender las relaciones entre la población, el medio ambiente, el desarrollo y los derechos humanos.
Para el año próximo, a dos décadas de ese evento, se revisará el grado de avance de los objetivos propuestos en la agenda de El Cairo, y se determinarán los retos emergentes en materia de población y desarrollo.
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