El secretario de Estado estadounidense, John Kerry y el ministro venezolano de Exteriores, Elías Jaua, iniciaron este miércoles una reunión bilateral, al margen de la Asamblea General de la OEA en Antigua (Guatemala), comprobó un periodista de la AFP.
Kerry y Jaua se dieron la mano y sonrieron al inicio del encuentro ante los fotógrafos y periodistas.
«No hemos hecho esto desde hace un tiempo», declaró Kerry en inglés.
El venezolano, tras recibir la traducción, respondió en español: «es bueno que podamos hacerlo».
Ambos se sentaron luego con sus respectivas comitivas en un salón del hotel donde se celebra la asamblea general.
En enero de 2011 la entonces secretaria de Estado Hillary Clinton intentó reactivar la relación con Venezuela al conversar unos minutos con el entonces presidente Hugo Chávez, al margen de la investidura de la presidenta brasileña Dilma Rousseff.
Ese intento no cuajó a causa de las permanentes divergencias entre ambos países, que no tienen embajadores en sus respectivas capitales desde 2010.
Venezuela es el principal obstáculo a la política estratégica y diplomática del gobierno de Barack Obama en la región, mientras que Caracas acusa a Washington de comportarse como un «imperio».
Washington critica regularmente a Caracas por lo que considera hostigamiento a la oposición política y a los medios de comunicación, pero al mismo tiempo busca una relación práctica con un país que es su cuarto suministrador de petróleo.
Venezuela, desde la presidencia de Hugo Chávez (1999-2013), ha intentado extender su concepto de «revolución socialista del siglo XXI».
El pulso en torno a los embajadores se inició en septiembre de 2008, cuando Chávez, en solidaridad con su aliado boliviano Evo Morales, expulsó al embajador estadounidense.
Washington replicó con la misma medida, y al año siguiente ambos países decidieron volver a reinstaurarlos.
Clinton mantuvo un encuentro franco con Chávez en la cumbre de las Américas de abril de 2009.
Cuando el embajador estadounidense en Caracas, Patrick Duddy, acabó su misión en julio 2010 se abrió de nuevo un debate sobre el puesto.
El embajador nominado para Caracas, Larry Palmer, hizo unas declaraciones en el Congreso que volvieron a irritar a Chávez, quien lo rechazó antes siquiera de que llegara a Caracas.
Washington volvió en diciembre de 2010 a expulsar al representante venezolano, Bernardo Alvarez.
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