BEIRUT (Reuters) – El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, evalúa tomar nuevas acciones para ayudar a los rebeldes de Siria, dijo el jueves la Casa Blanca, en momentos en que las fuerzas del mandatario Bashar el Asad y sus aliados de Hezbolá intensifican su ofensiva en el norte.
Las fuerzas de Asad pelearon el jueves cerca de la ciudad de Alepo, en el norte del país, y bombardearon la ciudad de Homs, en el centro, después de haber tomado ventaja al conseguir el respaldo público de Hezbolá el mes pasado y capturar la localidad estratégica de Qusair la semana pasada.
La llegada de miles de combatientes chiíes de Hezbolá, una milicia libanesa apoyada por Irán, para ayudar a Asad a pelear con los rebeldes mayormente suníes provocó un giro en el conflicto de dos años.
Naciones Unidas dijo el jueves que la guerra civil de Siria ha causado la muerte de unas 93.000 personas.
Funcionarios europeos y estadounidenses ansiosos por ver un rápido cambio en la guerra se reunirán el viernes en Turquía con el comandante de la principal fuerza rebelde siria, el Ejército de Siria Libre. El jefe de la agrupación, Salim Idriss, tiene previsto hacer una petición de ayuda urgente.
Obama ha estado bajo una creciente presión en los últimos días por parte de sus aliados en el exterior y de políticos estadounidenses para tomar más medidas en favor de los rebeldes, dado que el equilibrio de poder ahora parece estar en favor de Asad.
Hasta el momento, el mandatario estadounidense ha sido más cauteloso que Reino Unido o Francia, que ya han forzado este mes a la Unión Europea a levantar un embargo que bloqueaba el envío de armas a los combatientes sirios.
«El presidente está revisando y considerando qué otras opciones están disponibles para él y para Estados Unidos, además de para nuestros aliados y socios, respecto a medidas adicionales en Siria, y aquel proceso continúa», dijo el portavoz de la Casa Blanca, Jay Carney.
«Por más terrible que sea la situación en Siria, él tiene que tomar decisiones que se atengan a las políticas en torno a Siria y que respondan al interés de Estados Unidos», sostuvo.
Los gobiernos de Occidente, que hace varios meses estimaron que el régimen de Asad caería pronto, creen que el apoyo de Teherán y Hezbolá está dando a Damasco una fortaleza crucial. Sin embargo, también les preocupa que el envío armas a los rebeldes otorgue demasiado poder a insurgentes islamistas suníes que son leales a Al Qaeda.
Aunque Reino Unido y Francia aún tienen que anunciar sus propias decisiones respecto a si comenzarán a enviar armamento a los rebeldes, diplomáticos de ambas naciones han señalado que la mejor manera de contrarrestar las dos amenazas es elevando el respaldo a la fuerza insurgente liderada por Idriss.
La asistencia a la fuerza insurgente con dinero, armas y municiones, argumentan, ayudaría tanto a combatir a Asad como a proveer un contrapeso entre los insurgentes ante unidades vinculadas a Al Qaeda.
Francia, en particular, ha desarrollado buenas relaciones con Idriss y le ha provisto de fondos y apoyo no letal, a la vez que parece estar ansiosa por enviarle ayuda militar.
LUCHA EN EL NORTE
El Gobierno de Asad dice que su próximo objetivo será recapturar Alepo en el norte, la ciudad más grande de Siria y un centro comercial que ha estado dividido desde el año pasado, cuando los rebeldes tomaron el control sobre los alrededores rurales.
La prensa estatal siria ha estado informando sobre planes para la llamada «tormenta del norte», la campaña militar para retomar el sector en manos de insurgentes.
El Ejército de Asad parece estar reuniendo sus tropas en las fronteras de la provincia de Alepo, especialmente en las zonas chiíes como los enclaves de Nubel y Zahra, aunque algunos activistas opositores dicen que el Gobierno podría estar exagerando el alcance de su ofensiva para intimidar a sus partidarios.
Activistas reportaron enfrentamientos en la zona que rodea a Alepo el jueves, especialmente cerca de un aeropuerto que los rebeldes han estado intentando capturar. El Gobierno también ha lanzado una ofensiva en Homs, la ciudad más cercana a la recapturada Qusair y uno de los principales bastiones insurgentes en el centro de Siria.
«Hoy se produjo el cuarto día de escalada en los asediados vecindarios de la ciudad antigua de Homs. Durante la mañana hubo dos ataques aéreos (….) seguidos por fuego de artillería y de morteros», dijo Jad, un activista que Homs que hizo declaraciones a través de Skype.
La participación de Hezbolá ha profundizado el carácter sectario de la guerra. Asad pertenece a la secta minoritaria alauí, una rama del Islam chií, y recibe apoyo de Irán y del grupo militante libanés, mientras que los estados árabes suníes y Turquía respaldan a los rebeldes.
/Por Erika Solomon/
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