por Cubainformación
Sara Rosenberg (Blog “La pupila insomne”) |
El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, recibía este domingo en Italia el reconocimiento de la FAO por la lucha de su gobierno contra el hambre. La FAO ubica a Venezuela en el grupo de 15 países –entre ellos también Cuba, Nicaragua y Perú- que han realizado progresos excepcionales por reducir la subnutrición, logrando uno de los llamados Objetivos de Desarrollo del Milenio.
En Venezuela, hasta la década de los 90, un 15,5% de la población pasaba hambre; ahora la cifra es del 2,5.
La gran prensa mundial ha silenciado la noticia. El principal diario español, El País, no ha publicado una sola línea sobre este reconocimiento. Quizá porque sería difícil de explicar a sus lectores cómo los países de los que solo transmite penurias económicas –como Venezuela y Cuba-, son reconocidos por organismos internacionales como la FAO, UNICEF o la UNESCO.
Mientras, en el Estado español, un estado de la privilegiada Europa, aumenta de manera alarmante el número de niños y niñas que pasan hambre, consecuencia del desempleo y los recortes sociales.
El silencio sobre el reconocimiento de la FAO a Venezuela o a Cuba es indignante. Pero lo es aún más el titular de la noticia que leíamos el mismo día en El País: “El Gobierno venezolano quiere obligar a las madres a amamantar”. En ella, el diario, en su afán por demonizar cualquier iniciativa desde la Revolución bolivariana, trataba de ridiculizar la promoción de la lactancia materna desde el Gobierno, con medidas contra el lobby transnacional de los fabricantes de leche preparada.
¿Será quizá que la compañía Nestlé ha entrado –como lo hicieron hace años los fondos de inversión de EEUU- en el accionariado del Grupo Prisa?
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