Roma, 22 jun (PL) La Conferencia de la FAO que sesionó aquí durante una semana destacó por el gran compromiso para la erradicación del hambre, afirmó el representante regional de ese organismo para América Latina y el Caribe, Raúl Benítez.
Concluyó Conferencia de FAO con llamado a concretar acciones
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En entrevista exclusiva con Prensa Latina, Benítez opinó que estamos en presencia de una nueva Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), más pendiente de los problemas de los países, mucho más comprometida con lograr buenos resultados.
Nuestro director general, José Graziano da Silva, le ha dado impulso muy particular a la institución, pues estamos trabajando de mejor manera. Además no nos hemos quedado solamente en el aspecto de la producción, sino que la complementamos con tópicos esenciales como el acceso, explicó.
Por otra parte, destacó el compromiso de los países en la lucha contra el hambre y en la búsqueda de soluciones. Nadie se puede hacer el distraído con esto, estamos hablando de más de 800 millones de personas que padecen por ese mal, remarcó.
Según el representante, todos están enfocados y conscientes del problema que tenemos que resolver y resulta impostergable.
Por ello calificó el evento de muy positivo porque en la medida en que se discuta sobre el tema y sea un punto de las agendas, se van a resolver.
Acotó que la Conferencia de 2015 será trascendental, debido a que en ella habrá que mostrar resultados mejores.
Creo que estamos bien encaminados para lograrlo. Tenemos muchas expectativas del trabajo que estamos haciendo en la región, recalcó.
Logros destacables en materia alimentaria
Sobre la situación alimentaria de la región que representa, Benítez expresó que los avances registrados en esa materia los llenan de orgullo y alientan a seguir.
Hoy por hoy podemos estar muy orgullosos porque es la región que más ha avanzado en la lucha contra el hambre y la malnutrición, manifestó.
Empero, señaló, todavía nos queda un tramo por recorrer, pues el único número aceptable en materia alimentaria es cero.
Detalló que los progresos conocidos se deben al alto compromiso político existente, el cual no se aprecia en otras partes del mundo.
América Latina y el Caribe fue la primera región del planeta que aceptó el desafío hambre cero que lanzó las Naciones Unidas y hasta el momento es la única, reiteró.
De ahí la importancia del compromiso político, el cual no se refiere solo a partidos o gobernantes, sino a la sociedad en general, porque todos debemos estar comprometidos para solucionar los problemas, indicó.
Pese a ser uno de los territorios más desiguales del planeta, añadió, ya casi somos un ejemplo a nivel mundial de lo que se puede lograr en estos temas vitales.
Iniciativas regionales
Los procesos de integración, opinó el funcionario de la FAO, han aportado de manera importante a los avances alcanzados. Aquellos países más atentos a estos problemas ayudaron a que, los no registrados en su agenda, le den la importancia que ameritan.
Al respecto, consideró fundamental el rol de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac), la cual trabaja en conjunto con esa agencia de las Naciones Unidas en un programa de seguridad alimentaria para toda la región.
En esto tenemos que ver no solo cómo le acercamos el plato de comida a aquellos segmentos de la población sin posibilidad de tenerlo, sino cómo hacemos para que estos sectores más vulnerables de la sociedad puedan tener los recursos y ellos mismos puedan tener la alimentación necesaria, precisó.
Benítez agregó que el programa ganará en importancia a través del tiempo. Tenemos que ir generando las condiciones para que los grupos vulnerables puedan hacerse de los recursos y trabajar en planes de asistencia directa, detalló.
Insistió además en la importancia de compartir experiencias positivas que existen la región.
En tal sentido, se refirió al desarrollo que está teniendo la quinua (pseudocereal perteneciente a la subfamilia Chenopodioideae de las amarantáceas), tópico al está dedicado este año no solo en los países de Latinoamérica, sino en distintas partes del mundo, mediante experimentos técnicos o de consumo.
Su demanda supera a la oferta y es un hecho que abre oportunidades para los pequeños productores, quienes son los que generalmente la cultivan en nuestra área, destacó el especialista.
La quinua, remarcó, representa mucho a los Andes, pero también a todos nosotros. Ha sido una forma de rescatar tradiciones y, en general, cuestiones culturales que estaban abandonadas y en algunos casos prohibidas o mal vistas.
Rescatarla no solo tiene que ver con nuestros pueblos andinos, sino con redimir muchas de las costumbres ancestrales, las cuales son un aliado fundamental en la lucha contra el hambre en el mundo.
Desafíos a la vista
Pese a los avances registrados, el funcionario de la FAO subrayó que el principal desafío que enfrenta la región es la erradicación total del hambre.
Cuando se habla de ese mal, recalcó, es necesario tener en cuenta todas las dimensiones que engloba, sobre todo desde el punto de vista económico y social.
La alimentación es el derecho a la vida. Lamentablemente en América Latina y el Caribe hay varios países donde la mitad de los chicos padecen de desnutrición crónica. De ahí la importancia de enrumbarnos hacia ese destino común.
El problema de seguridad alimentaria tiene que incumbir a todos los países y así ha sido manifestado en las diversas Conferencias de la FAO, concluyó.
ocs/mfb
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