EL VUELO FATAL
A los doce minutos de haber salido de Nueva York hacia Paris, el 17 de julio de 1996, la nave aérea del Vuelo 800 de Trans World Airlines hizo explosión frente a las costas de Long Island, muriendo todas las personas que iban a bordo.
El FBI se hizo cargo de la investigación. Se sospechaba que pudiera haber sido un hecho intencional. Dieciséis meses después y basado en dicha pesquisa federal el NTSB –National Transportation Security Board o Buró Nacional de Seguridad del Transporte– determinó que la catástrofe había sido provocada por un corto circuito que incendió vapores de gasolina que salían del tanque central del combustible. Quedaba descartada la posibilidad de un hecho intencional.
El trágico suceso pasó a la historia como el tercer accidente de aviación más mortífero en Estados Unidos, pero lo que se creía olvidado, ahora toma un nuevo matiz.
Veamos algo de lo que sobre esto escribe David McCormack en MailOnline:
–Varios agentes que tomaron parte en la investigación original han denunciado que su trabajo fue manipulado por el gobierno de EU, y han sometido una petición al NTSB para que reabra el caso.
–Un nuevo documental sobre el fatídico vuelo presenta entrevistas con los investigadores originales en las que denuncian que el informe del gobierno fue erróneo.
=El informe oficial de la NTSB fue que el desastre fue causado por la explosión de uno de los tanques de gasolina, pero el documental presenta pruebas sólidas de que fue efecto de una detonación externa.
–Muchos testigos visuales dicen que vieron una raya de fuego que ascendía hasta el avión unos segundos antes de que estallara. Algunos analistas han sugerido que era un cohete que procedía de una fuente terrorista o de una nave de guerra de Estados Unidos y que el hecho fue encubierto por el gobierno.
–Los productores de la película TWA FLIGHT 800 –VUELO 800 DE TWA–, que se estrena el 17 de julio en la estación de cable EPIX, dicen que tienen otras evidencias.
–“Además de los testigos visuales, tenemos información verídica del radar que muestra una explosión asimétrica que sale del avión, algo que no aparecía en la investigación original” –le dijo Tom Stalcup, director del documental, a CNN.
–“Muchos testigos visuales afirman que fue una fuerza externa y no creen en una explosión en el tanque de combustible central del avión, como dice el informe oficial del gobierno”, dijo Stalcup. “A ninguno de los testigos visuales se les llamó a declarar en la investigación del FBI”. “Varios testigos nos dijeron que lo que vieron no tiene nada que ver con el escenario de falla accidental que se le presentó al público al final de la investigación” –añadió–..
Uno de los investigadores originales expresa en el documental:
–Al día siguiente después del hecho, el FBI vino a hablar conmigo y me dijo: “no viste eso, no viste nada”.
–El documental tiene entrevistas con miembros claves de la investigación original que ahora declaran que su trabajo fue, sistemáticamente, saboteado por el FBI.
–“No nos permitieron hablar sobre la investigación cuando estábamos adentro. Teníamos que salir antes”.
–Algunos de los investigadores que penetraron en las ruinas del avión y manejaron los cadáveres declaran que es falso el informe del gobierno federal de que la explosión del tanque de gasolina causó el desastre.
–También presentan evidencias forénsicas que prueban que una o más explosiones en la parte exterior de la nave provocaron el hecho (hasta aquí el análisis de McCormack)
UNA SIMPLE deducciones Ó N
¿Tiene algún sentido que el gobierno imperial de EU quisiera ocultar que la causa del desastre era un atentado terrorista? Por supuesto que no. El Imperio ha sabido manipular los ataques terroristas, hayan sido perpetrados por sus enemigos o por sus agentes, para lograr sus objetivos. Lo han hecho desde el bombardeo a Trípoli en 1801 hasta lo que está sucediendo ahora a partir del Maratón de Boston. Aquel hecho de terror, en 1996, hubiera sido manipulado por Bill Clinton para justificar su posterior bombardeó ultra-terrorista a Yugoslavia y para culpar al “enemigo musulmán”, siguiendo, como siempre, la intriga sionista.
Me inclino a creer que no hubo tal atentado terrorista contra el avión de TWA, el 17 de julio del 96, y que esta película a la que se le está haciendo una gran propaganda y se estrena en el aniversario del desastre el mes próximo, es otra maniobra del Imperio para mantener al pueblo bajo el miedo y el terror. Por eso “encuentran” restos del tren de aterrizaje de uno de los aviones que “impactaron” las torres gemelas el 11 de septiembre del 2001, por eso acusan al gobierno de Siria de usar armas químicas contra los “rebeldes”, a pesar de que una investigación de la ONU determinó que quienes las usan son los “rebeldes” no el gobierno, por eso han montado todo este inmenso aparato propagandístico de terror para justificar sus guerras, sus bombardeos, sus crímenes y, sobre todo, su espionaje, que tiene la repulsa del pueblo.
EL “GRAN HERMANO” SE DEFIENDE
De nada ha valido que grandes sectores del pueblo hayan expresado su profundo disgusto por los métodos de espionaje tan extensos que el gobierno imperial mantiene sobre toda la población del país. Nadie se ha disculpado y tanto Obama como los directores de los organismos de Inteligencia y Seguridad de este país han dicho que se va a mantener sin el menor cambio.
Veamos lo que recogen varios cables de Associated Press (las notas son mías):
–El general Keith Alexander, Director de la Agencia Nacional de Seguridad -NSA-, en una emotiva comparecencia ante los miembros del Comité de Inteligencia de la Cámara de Representantes, insistió este martes que los grandes programas de vigilancia del gobierno han frustrado 50 proyectos terroristas en el mundo, (Nota: por supuesto que todo eso es mentira, así como la “culpa” de los hermanos Tsarnaev en lo del Maratón de Boston, los restos del tren de aterrizaje de uno de los aviones que impactó las torres gemelas de Nueva York aquel 11 de septiembre, y todas las falsedades sobre amenazas con bombas y cartas con sustancias venenosas. El Imperio necesita que el pueblo viva en el miedo constante, por eso Hollywood y los canales de televisión están produciendo tantas películas de horror para que el terror ficticio incremente el miedo real)
–El general Alexander añadió que la guerra contra el terrorismo hace necesario el control de los teléfonos y la internet para detectar a todo el que tenga contacto con el terrorismo (Nota: El jefe del NSA no aclaró si esto incluye a todo el que tenga contacto con el gobierno de Estados Unidos)
–Alexander no encontró el menor desacuerdo entre los miembros del Comité de Inteligencia de la Cámara, los que en su totalidad apoyan el sistema de espionaje desde que Edward Snowden revelara la existencia del mismo a los periódicos The Guardian y The Washington Post. (Nota: efectivamente, el espionaje cuenta con el apoyo de la casi totalidad de los congresistas de Estados Unidos, los cuales son cómplices del gobierno en el crimen que tiene la repulsa del mundo entero, incluyendo la de varios gobiernos que han sido aliados del Imperio, sobre todo en Europa. Ningún otro gobierno del mundo mantiene esa vigilancia tan estrecha sobre su población. Ni ninguno hubiese descendido a los extremos tan canallescos a los que llega el Imperio para justificar sus guerras y su espionaje, como los de “descubrir”… diecisiete años después, que la explosión del Vuelo 800 fue efecto de un atentado terrorista. Por poco dicen que debido al fuerte viento que soplaba del norte una de las gomas del avión salió volando y cayó sobre el techo de la Casa Blanca. Jamás en la historia ha habido un imperio tan mentiroso como éste. Ni la Iglesia.
EL DRAMA DE SIRIA
Mientras el gobierno del presidente Bashar al-Assad trata de vencer la rebeldía armada en su patria, formada en su mayoría por mercenarios extranjeros, el Imperio y sus cómplices alargan la tragedia incrementando su ayuda a los “rebeldes”. Sólo la firme oposición del gobierno de Rusia ha evitado que se hayan producido, hasta ahora, los mismos bombardeos aéreos de Libia.
La intriga sionista logró que el Imperio invadiera a dos países y bombardeara a un tercero para deshacerse de sus tres grandes enemigos: el Mullah Omar, Saddam Hussein y Muammar Gadafi. Ninguno de los tres era enemigo del Imperio y, en los casos de Omar y Hussein, el primero había sido su aliado en la guerra contra el gobierno socialista de Afganistán, y el segundo, en la guerra contra Irán de los años 80. De no ser por el sionismo, no hubiera habido invasión a Afganistán ni a Irak, ni bombardeos a Pakistán y Libia, ni apoyo a los mercenarios de Siria… ni Once de Septiembre. Los enemigos que le quedan al sionismo son Alí Jamenei, Bashar al–Assad… y el resto del mundo, con excepción de los gobiernos de Estados Unidos y Gran Bretaña.
Los gobernantes más poderosos del mundo se acaban de reunir en Irlanda para tratar la tragedia de Siria. Mientras los dos imperialistas más fanáticos del mundo, Obama y Cameron, quieren la salida inmediata del poder del presidente Assad, otros dirigentes, como el Alcalde de Londres, Boris Johnson, temen que eso pudiera favorecer a grupos terroristas, sobre todo a Al-Qaeda. Por lo visto algunos de ellos no se han dado cuenta aún que Al-Qaeda es un engendro del sionismo y el Imperio. Rusia, por supuesto, al menos hasta ahora, se opone a esa “solución”. El premier británico, David Cameron está actuando como un agente del sionismo, un Ariel Sharon de la bruma londinense.
CREAN ADN, EL MATERIAL DE LA VIDA
El Diario de la Historia, Los Ángeles, California, EU, 14 de diciembre de 1967. Un equipo de biólogos de Stanford University ha creado el núcleo infeccioso de un virus cuyo material activo es el ácido deoxirribonucleico, o ADN, la substancia química que dio origen a la vida y la ha mantenido a través del código genético. Es primera vez en la historia que el material de la vida se produce artificialmente.
Los científicos no están seguros, sin embargo, que un virus pertenezca al mundo de las cosas vivas, más bien lo sitúan en el punto intermedio entre lo que vive, sea animal o vegetal, y lo inanimado; aunque todos coinciden en afirmar que el ADN sí es ya parte del mundo vivo, que surgió como efecto de la lenta reacción de las moléculas complejas de aminoácidos que existían en los cálidos mares de poco fondo de un mundo que, hace unos 3,000 millones de años, era muy distinto al que existió después.
Contribuyeron con los biólogos de Stanford para este gran logro científico otros tres equipos de investigación microbiológica, uno de la Universidad de Harvard, otro de la Escuela de Medicina Albert Einstein, de la Universidad de Nueva York, y un tercero, del Instituto Nacional de la Salud, un organismo del gobierno federal.
La comunidad científica mundial manifiesta su alborozo por este paso que abre una nueva brecha en la investigación genética.
El doctor James A. Shannon, director del Instituto Nacional de la Salud, declaró hoy por la tarde, en Washington:
–Lo de hoy marca un momento culminante en el estudio de la ciencia de la vida, la culminación de once años de intensa labor de muchos colegas.
Este paso abre, aun más, un nuevo campo de investigaciones para combatir muchas enfermedades que amenazan a la humanidad y para penetrar en el íntimo y complejísimo proceso que creó la vida y la ha multiplicado de una manera tan diversa y por tanto tiempo.
El profesor Arthur Kornberg, jefe del departamento de investigación biológica de la Universidad Stanford, considera que con el propio método que se usó hoy para crear el virus, se podrá alterar el material hereditario de las células vivas, o sea manipular las funciones del código genético para controlar de cierto modo los efectos de algunas enfermedades, entre ellas el cáncer. Se cree que la acción de los viruses inciden en ciertas formas de cáncer que vienen a ser desarreglos en el sistema de control de las células.
Al crearse la substancia química que dio origen a la vida y que forma el prolífico código que la multiplica, se infiere que un día puedan crearse formas más complejas de vida, como órganos humanos.
¿Se crearán, entonces, seres humanos artificiales? Nadie lo sabe aún.
En estos días en que los jefes del gobierno imperial de Estados Unidos están asesinando a cientos de miles de seres humanos en Vietnam, en su mayoría civiles inocentes, los microbiólogos de este país, soldados de la paz, libran una batalla contra la muerte, o sea la guerra. Su trinchera es el laboratorio, y su arma, el microscopio. Son los guardianes de la vida. Ellos son los héroes reales.
LA GRAN BATALLA
Los genes de todas las cosas vivas están hechos de la substancia química a la que llamamos ácido deoxirribonucleico o ADN. Estos genes nos muestran el plano químico que determina la forma y funciones de todo lo que vive y se encuentran en las estructuras celulares en forma de filamentos a las que llamamos cromosomas.
Fue el alemán Augusto Weissman el primer biólogo que planteó, hacia 1864, que todos los organismos vivos contienen una substancia hereditaria especial a la que llamó plasma embrionario.
En 1869, Friedrich Miescher descubrió una substancia química a la que llamó nucleína, y unos años después, de la esperma de un salmón, aisló una muestra del material que hoy conocemos como ADN. En 1889, su alumno Richard Altman le llamó a esa muestra ácido nucleico y luego se descubrió que ese ácido sólo existe en los cromosomas de las células.
En 1935, los biólogos Zimmer, Ressowsky y Delbruck descubrieron que mediante el uso de Rayos X se puede cambiar la estructura de los cromosomas, alterando asimismo las características hereditarias controladas por ellos.
En 1943, Osvaldo Avery planteó que se pueden alterar los rasgos hereditarios cambiando el ADN.
Al año siguiente, Erwin Schrodinger planteó que los cromosomas contienen una especie de escritura codificada de la vida.
Por aquella misma época, el médico español Severo Ochoa de Albornoz, hizo importantes descubrimientos en la biosíntesis de los ácidos nucleicos, por lo que, algunos años después, en 1959, le otorgaron el Nobel de Medicina.
El 28 de febrero de 1953, los biólogos de Cambridge, Francis Crick y James Watson descubrieron la estructura molecular del código genético –el plan maestro que determina, en cada célula, las formas y funciones de la vida y la herencia– en forma de doble hélice o escalera de espiral integrada por las bases químicas adenine, tiamine, guanina y citosina. Las formas en que estas cuatro bases se interaccionan unas con otras forma el plan maestro de la vida, la escritura codificada de la que hablaba Schrodinger, una década antes.
Otros científicos, entre ellos Rosalind Franklin y Maurice Wilkins, contribuyeron a este gran descubrimiento científico; pero sólo Watson, Crick y Wilkins se llevaron el Nobel de Medicina. Ya para ese año, 1962, Rosalind había muerto ☼
Ultima modificacion el Sábado, 22 de Junio de 2013 09:11
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