Cuba, siete títulos en 12 comparecencias. Dominicana, máximo ganador
Sigfredo Barros
Fue un venezolano el que sembró la semilla y dos de sus compatriotas los que la regaron. Si a Jesús Corao hay que agradecerle la idea de fundar la llamada Serie Interamericana de Béisbol en 1946, a los también morochos Oscar Prieto y Pablo Morales se les debe reconocer como los creadores de la Serie del Caribe.
Los Tigres del Licey, el conjunto que más ha triunfado en el evento. foto: MLB
Tres años después —luego de despertar el interés de los representantes de las ligas profesionales de Cuba, Puerto Rico, Panamá y Venezuela en una reunión de la Confederación de Béisbol del Caribe efectuada en Miami en 1948—, nacía la primera Serie del Caribe, con el Grand Stadium de La Habana (hoy Latinoamericano) como sede y los Alacranes del Almendares como campeones.
Fue ese triunfo inicial una señal de que la pelota cubana era la mejor del área. De 1949 a 1960 los cuatro equipos de la liga invernal de nuestro país consiguieron títulos, dos per cápita a la cuenta de Cienfuegos, Marianao y Almendares y uno a la cuenta de los leones del Habana. Siete coronas en total en 12 participaciones, con otros cuatro ganados por Puerto Rico y uno por Panamá.
Peloteros de la mayor de las Antillas dejaron su impronta en estos eventos y aún algunos mantienen récords individuales. Son los casos de Lorenzo «Chiquitín» Cabrera —cuyo promedio de 619 (13 jits en 21 turnos) durante la Serie de 1951 ha permanecido inalcanzable—, los cinco juegos completos y seis triunfos de por vida del derecho Camilo Pascual y los tres éxitos en una justa del también diestro Agapito Mayor.
LA SEGUNDA ETAPA
Cuba dejó de participar en la Serie del Caribe a partir de 1960 y esta no se efectuó durante una década, a pesar de los esfuerzos de los restantes tres competidores y Nicaragua. No fue hasta 1970 que el clásico caribeño resucitó en la capital venezolana como sede, el equipo Navegantes de Magallanes como titular y la incorporación de México, cuarta nación competidora.
Ante la ausencia de los peloteros cubanos, República Dominicana emergió como la gran potencia del área, sobre todo después de que Osvaldo «Ossie» Virgil se convirtiera en el primer quisqueyano miembro de un equipo de Grandes Ligas. Hoy son más de 600 los jugadores de esa nación que han militado en el máximo nivel del béisbol en Estados Unidos.
Dominicana es hoy la mayor acumuladora de títulos en Series del Caribe, con un total de 18, de ellos 10 ganados por el mejor conjunto, los Tigres del Licey. Detrás clasifica Puerto Rico, 14, de ellos cinco a la cuenta de los Cangrejeros de Santurce. Cuba y Venezuela andan abrazadas con siete, México acumula seis —el último el pasado año, con el triunfo de los Yaquis de Obregón—, y Panamá, con uno, conseguido por un elenco llamado Carta Vieja hace 64 años.
No le ha sido fácil el camino a este evento del béisbol caribeño, debido a las ausencias de muchos de los mejores peloteros, por la intransigencia de los dueños de equipos de Grandes Ligas, que no les han concedido permiso para jugar; aspecto sumado a las huelgas —como la que canceló la justa en 1981—, por no llegarse a un acuerdo sobre la participación económica de los peloteros.
Más allá de estos avatares, la Serie del Caribe vive, y este año, con la incorporación de Cuba en calidad de invitada, aumenta su atracción.
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