
Sobre el programa de rehabilitación a los niños con implante coclear, la doctora Beatriz Bermejo Guerra, jefa del departamento de Logopedia y Foniatría del Centro Internacional de Salud La Pradera, conversó con Granma a propósito del V Congreso Nacional de esta especialidad, que tuvo lugar desde el lunes hasta el miércoles 21 de mayo en el Palacio de Convenciones.
La interrelación entre los centros nacionales y provinciales del país con el programa cubano de implantes cocleares, fue uno de los temas que centraron los debates de estos profesionales.
El Programa Nacional de Implante Coclear —cuando se hizo la primera intervención quirúrgica en el país en el año 2000— conformó un grupo de especialistas con un rehabilitador que dirigiría este proceso.
“Hasta el 2005 este trabajo de rehabilitación se centralizó en ciudad de La Habana, en el Centro Internacional de Salud La Pradera, explicó la doctora, pero a raíz de la visita de Fidel a la escuela Abel Santamaría y su impresión con la situación de los niños, el programa se extendió e incorporó además a los pequeños multidiscapacitados.
“Fue así que al aumentar la cifra de implantados, surgió la idea de crear los centros regionales, y llevar a cada sitio los recursos necesarios para dar continuidad al tratamiento de estos niños en su lugar de residencia. Este programa fue paralelo al desarrollo del programa de implante coclear”, expresó.
Añadió también que este Congreso les brindó la oportunidad de compartir conocimientos con especialistas de todo el país, conocer el trabajo que se realiza con estos niños en sus provincias, desde el punto de vista del diagnóstico, la habilitación protésica, y las pautas de esa rehabilitación conjuntamente con el trabajo de la familia, “que en estos casos, desempeña el rol protagónico para el alcance del éxito”, dijo.
“El intercambio con especialistas de educación, la posibilidad de acceder a los diferentes enfoques que en estos momentos se le están dando al tratamiento del niño con deficiencia auditiva, y específicamente con el niño sordo, ha sido otra de las aristas con las que nos hemos fortalecido”, refirió la experta.
En este sentido, precisó también que, en la medida que avanza la tecnología, se realizan nuevas estrategias para la intervención y se trabaja conjuntamente entre profesionales de la salud y la educación; se intensifican las posibilidades de obtener un resultado más exitoso en los niños con esta deficiencia, sobre todo en el desarrollo de su audición y lenguaje, que los integraría a la sociedad y les erigiría un futuro mejor.
Con respecto a los logros alcanzados con estos pacientes implantados, la especialista planteó que dependen de las características individuales de cada niño y de una serie de situaciones que deben tener aparejadas, como es el caso de la familia, motivación, apoyo técnico, y sobre todo un grupo profesional que rija y siga estos casos desde sus comienzos.
“Para quienes trabajamos en este campo los resultados han sido verdaderamente alentadores, porque la mayoría de los niños implantados —ya sea desarrollando la audición o habilidades comunicativas— se han beneficiado con la tecnología”, comentó.
Bermejo Guerra aclaró la necesidad de tener en cuenta la edad de la implantación. “Hacerlo en edad temprana —en niños menores de dos años— aumenta la posibilidad de que el niño pueda desarrollar el lenguaje sin ningún tipo de dificultad, siempre y cuando tenga un buen funcionamiento cognitivo y no tenga ninguna patología asociada. Los resultados del implante coclear para un niño con diagnóstico de una sordera severa profunda, son extraordinarios”.
Por otra parte, a propósito de la rehabilitación logopédica en niños sordociegos, la doctora apuntó que a pesar de ser compleja, constituye para ellos un verdadero reto.
“En este aspecto tenemos la satisfacción de haber aprehendido con especialistas de sordo-ceguera de nuestro país y de recibir información de profesionales extranjeros que hemos procurado transmitir. Lo que sí tenemos siempre presente es que este niño tiene características específicas: se le abre el censor de la audición, pero como no tiene visión y utiliza otros códigos (como la lengua de seña táctil) hay complejidad. Desde ahí hay que partir para poder empezar, es un trabajo terapeuta-niño todo el tiempo”, agregó Bermejo Guerra.
“Este es un programa muy bien articulado —desarrollado por el Ministerio de Educación— que cuenta con escuelas constituidas por diferentes estrategias, programas, un maestro para cada estudiante; de modo que los niños implantados se han beneficiado enormemente”, dijo.
Asimismo, sobre el programa de rehabilitación para el niño sordociego precisó que está centralizado en La Pradera, y que desde sus inicios está concebido que —una vez que al niño se le coloque su implante coclear y al mes se le active su programa— sean ingresados en el Centro con un familiar y permanezcan 60 días para recibir una estimulación auditiva inicial y preparar a la familia para poder trabajar con el niño en la casa.
El programa ha permanecido durante todos estos años de la misma manera con evaluaciones sistemáticas de estos niños según la edad de implantación.
“Los dos primeros años los ingresamos cada tres meses, los reprogramamos si es necesario, evaluamos y damos parte de la rehabilitación. A partir de los dos años se ingresan cada seis meses, y ya de los tres años en adelante, una vez al año vienen con un familiar a reevaluación. Inclusive, niños implantados desde el 2005 todavía se evalúan en nuestro Centro”, sostuvo.
Hoy en día se trabaja para que en cada provincia haya un centro auditivo equipado con la tecnología necesaria para hacer el diagnóstico de la habilitación protésica y dar seguimiento a estos casos. Hasta se ha incluido en estos centros auditivos una fonoaudióloga para dar preentrenamiento a estos niños y trabajar en su rehabilitación una vez implantados.
Como profesionales de esta especialidad, finalizó la especialista, “buscamos seguir desarrollando cada día más este programa, introducir nuevas metodologías para el tratamiento con los niños, implementar en nuestros profesionales el programa de terapia auditiva verbal (que trabaja en el desarrollo de la audición como canal principal para lograr el desarrollo de la comunicación), trabajar con pequeños que logren rehabilitarse en edades más tempranas para mejorar sus resultados, prepararlos para cuando lleguen a edad escolar y tengan ya la base para comenzar a procesar el currículo académico que se les asigne; esas son nuestras prioridades”.
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