Mucho está entre tú y yo
y es lo menos que cambia también entre todos.
O mejor, en tú-yo-yo-tú,
se combina con nuestra sustancia propia y común.
Porque aquí, cuando estoy dizque lejos,
me adentro en lo ya descubierto,
me oriento a horizontes variables.
Y es tu suave voz tandébilytanfuerte
que con su luz no te an-ego.
Quisiera, pues, que habláramos de losotrosnosotros,
de lo harto que te esculcas
y nos necesitamos entre ellos.
Son actos en sí muy simples y anaxiológicos
y albergan las raíces para que vivamos con el fin de alcanzarnos.
Somos bastante y poco, como cualquier estante,
¡y cuánta nueva emoción con-tenida que fluye!
Es verdad
(locución general de menor resistencia),
bello es bregar
cuando el fruto máximo es igualmente mínimo.
Son cosas que se puede tardar en comprender,
pero bien necesarias.
Entonces tú y yo, simbióticos y muchos,
tenemos un motivo más para actuar;
quizás único y uno.
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