
Pedro Vargas y Benny Moré compartieron escenario y grabaciones en México y Cuba. Sus improntas y legados son incuestionables. Ahora el 25 Festival Internacional Boleros de Oro les rinde homenaje.
El presidente de esta cita, el maestro José Loyola, reiteró que Vargas, conocido como el Tenor de las Américas, y Moré como el Bárbaro del Ritmo, son pilares del bolero y de su proyección internacional.
La ocasión de rendir tributo conjunto a esas dos leyendas la propician las fechas: 25 años del fallecimiento de Vargas (México 1906-1989) y 95 del nacimiento de Moré (Cuba 1919.1963).
Pero además, destaca Loyola, se trata de la edición 25 de Boleros de Oro, y “un cuarto de siglo de existencia da la medida de la importancia de un género entrañable para ambos, porque si no hubiera fenecido”.
Tuvimos en cuenta especialmente que ellos grabaron tres boleros de oro en un dúo maravilloso: Solamente una vez, del mexicano Agustín Lara; La vida es un sueño, del cubano Arsenio Rodríguez y Perdón, del puertorriqueño Pedro Flores.
“Tres compositores que pusieron el bolero en la cúspide”.
El Festival, convocado por la Asociación de Músicos de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (Uneac), tiene lugar en La Habana, del 25 al 29 del presente mes y es muestra fehaciente que, nacido en la Isla, muy rápidamente se catapultó a toda América.

El tributo al Tenor de las Américas incluye una Gala protagonizada por el afamado solista mexicano Carlos Cuevas, quien, acompañado de su conjunto, interpretará temas cubanos que fueron popularizados por Pedro Vargas.
Loyola recordó que Cuevas estuvo en la isla caribeña en los inicios de su carrera y “puede decirse que Cuba lo lanzó y después ganó el Concurso OTI”.
En visita previa a La Habana, Pedro Vargas hijo y Pedro Vargas nieto anunciaron un ciclo de cuatro-cinco películas en las que el gran cantante fuera protagonista, pues durante la Época de Oro del cine mexicano participó en más de 70.
Asimismo, en el Hotel Nacional se podrá apreciar una exposición fotográfica sobre la vida y trayectoria profesional de Vargas.
En aquel encuentro con la prensa para adelantar el programa, Pedro Vargas nieto solicitó a todas aquellas personas que en Cuba conserven instantáneas de las diferentes visitas de su abuelo a la mayor de las Antillas, que las hagan llegar a la Uneac en calidad de préstamo, con vistas a enriquecer la muestra fotográfica.
La famosa cantante cubana Omara Portuondo, presente en el Hurón Azul de la Uneac, le entregó una foto en la que el cuarteto Las D.Aida, aparece junto a Pedro Vargas durante una actuación en la nación del Caribe.

La actual Diva del Buena Vista Social Club apuntó en breve aparte: “Pedro Vargas trabajó muchísimo con nosotros (Las D.Aida) en el cabaret Montmartre y después también en México. Era un hombre fantástico, maravilloso”.
Miguel Barnet, presidente de la Uneac, anunció entonces que un busto en bronce de Pedro Vargas, que la familia ha donado a Cuba, será emplazado en un parque de La Habana Vieja, Patrimonio de la Humanidad, donde por demás ya existe una estatua del compositor mexicano Agustín Lara.
Precisamente, Vargas visitó por primera vez La Habana en 1933 acompañado por Agustín Lara y “Toña la Negra”. Luego durante muchos años compartió con el compositor y pianista cubano Ernesto Lecuona e interpretó composiciones de otros grandes de la música cubana como Osvaldo Farrés, Luis Marquetti o Miguel Matamoros.
Vargas fue uno de los mejores y más exitosos intérpretes de Agustín Lara y cantó, entre otros temas, Granada, Solamente una vez, Santa o Noche de ronda.
El Tenor logró imponer su estilo personal y enamoró con su voz inconfundible, y al cultivar el bolero, se convirtió en un ídolo. Una triple frase lo identificó: “Muy agradecido, muy agradecido y muy agradecido…”.
Con respecto al bolero, Benny Moré atesora un rico repertorio. Baste mencionar algunas piezas antológicas Tú me sabes comprender, Conocí la paz, Dolor y perdón.
Un innato sentido musical, fluida voz de tenor y su fraseo, lo convirtieron en un maestro en todos los géneros de la música cubana, pero destacó particularmente en el son montuno, el mambo, y el bolero.
Soberbio intérprete, dejó un legado imborrable. Para asomarse a la leyenda es imprescindible escuchar el disco Benny Moré, 20 boleros de oro, producido por Artex en 1994. Allí pueden disfrutarse de Mucho corazón, de Enma Elena Valdelamar; A media noche, de Pablo Cairo; ¡Oh, Vida!, Luis Yáñez-Rolando Gómez; Mi Corazón Lloró, Frank Domínguez, y Dolor y Perdón y Mi Amor Fugaz, ambos del propio Beny Moré.
El 25 Festival Internacional Boleros de Oro dejará palpar que Hoy Como Ayer, (Pedro Vega) Pedro Vargas y Benny Moréson ídolos imperecederos.
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