La cárcel de máxima seguridad viola los derechos humanos.
El pasado sábado visite a un preso político en la Torre 5 de la Cárcel de Máxima Seguridad de Valledupar y lo que me encontré es sin ninguna duda la situación más aberrante de violación de todos, incluso los más mínimos, derechos humanos.
Para entrar hay que registrarse a través de una pequeña ventanilla, que queda inmediatamente después de la puerta de abarrotes de la entrada principal. Luego uno es requisado y se le ponen tres sellos en los brazos, dos visibles y uno invisible, posteriormente la requisa y sentarse en la silla para que el perro huela para constatar que no hay drogas.
Una vez se pasa esa primera parte se sigue unos cien metros hasta otra reja y luego un guardián solicita la cédula y verifica las huellas digitales, entregando una tarjeta con un número y se queda con el documento de identidad hasta la salida.