Por Rosa Miriam Elizalde / Desbloqueando Cuba

Me emociona el concierto de Buenavista Social Club en la Casa Blanca, y trato de explicarme por qué. Tengo discos de cada uno de los músicos que integran o integraron la banda, pero por separado. La versión que más me conmueve de “Pensamiento”, la canción de Teofilito que era el himno de mi niñez en Sancti Spíritus, es la de Omara Portuondo. La “rosa de Francia”, de Compay Segundo, está atada al día en que me descubrí enamorada de José. La voz suave y dulce de Ibrahim Ferrer parece hecha para “Dos almas”, que termina en un tumbao agridulce, como ese bolero.