Lo que venía siendo una marcha pacífica, en la que madres, pacientes y un sector de la sociedad civil alzaban su voz a favor de la legalización de la marihuana medicinal, se transformó en una suerte de redada para la Policía Nacional.

Romper pancartas, lanzar bombas lacrimógenas, detener a aquel que dijera algo en contra del proceder de la PNP el pasado sábado 6 de mayo, fueron algunas de las medidas que tomaron las fuerzas del orden.