Norelys Morales Aguilera.─ Un periodista de The Economist, que entrevistó a Donald Trump en el despacho Oval de la Casa Blanca, escribió que “era como estar en un palacio real hace cientos de años con gente entrando y saliendo, intentando captar la atención del rey… Como en una antigua Corte, los asesores se ocupan de suministrar al rey las noticias que más favorecen sus prioridades. Trump tiende a verse influido por la última novedad que recibe, contó el corresponsal.
Siguiendo el símil, el rey Trump tiene su caballería cortesana. Los caballeros de hoy no portan las grandes y pesadas armaduras ni la valentía desde sus acomodados despachos, pero como antaño para estar en la institución se necesita mucho servilismo y mucha plata. Sobre el ideal que los caracterizaba en su decadencia, eran más extremistas que los integrantes del cuerpo que accedían al mismo por alcurnia nobiliaria, aparece en una picelada que desliza Arnold Hauser en su libro erudito «Historia social de la literatura y el arte».