26 julio 2017
Video: Redacción Razones de Cuba; Texto: Hilia Tamayo Batista
El 26 de Julio es un símbolo de la revolución cubana
Quienes asaltaron el 26 de julio de 1953 las fortalezas de los cuarteles Moncada, en la ciudad de Santiago de Cuba, y Carlos M. de Céspedes en la de Bayamo eran solo un puñado de hombres que pretendían acabar con la dictadura. Sin embargo, aquel 26 de julio no lograron de inmediato alcanzar los objetivos propuestos, al no poder tomar dichas fortalezas por factores que infortunadamente se presentaron.
El 26 de julio de 1953 se convirtió en una fecha de Rebeldía Nacional, en un símbolo de la Revolución cubana, porque estremeció los cimientos de la dictadura batistiana; inició un período de lucha armada y permitió que surgiera un movimiento que le dio vida a las fuerzas revolucionarias, con una dirección combatiente y decidida.
Destaco al líder de la Revolución, Fidel Castro Ruz, quien presentó el programa de lucha, demostró la voluntad de realizarlo, enseñó el camino para conquistarlo y guió el avance de la lucha.
En el discurso de conmemoración del décimo aniversario del ataque al Moncada, en la Plaza de la Revolución, Fidel Castro señaló:
[…] La importancia que tiene esta fecha radica en que aquel día inició nuestro pueblo, el camino que lo condujo a la Revolución.
Cruzarse de brazos ante aquella situación habría significado la continuidad en el poder de los partidos reaccionarios de las clases explotadoras, de la politiquería, de la corrupción y del saqueo sistemático a nuestro país.
El 26 de julio de 1953 abrió un nuevo camino al pueblo cubano y marcó el inicio de una nueva concepción de la lucha, que hizo trizas la dictadura militar y creó las condiciones para el desarrollo de la Revolución.
El ataque al cuartel Moncada fue la réplica enérgica y digna al 10 de Marzo, e hizo posible lo que antes parecía imposible, pero no fue por un milagro; lo que ha tenido lugar en Cuba, lo que ha ocurrido en nuestro país puede ocurrir exactamente igual en muchos otros países de América Latina. Así lo avizoró, nuestro Comandante en 1963.
No tendría tanta trascendencia esta fecha, sino entrañara una esperanza y un aliento a la posibilidad de resolver de una vez y para siempre los trágicos males sociales de este continente.
Esta epopeya también tuvo un himno y un poema para la historia.
Casi a finales de julio de 1953 el grupo de jóvenes cubanos, que asaltaron las fortalezas militares del Moncada y Carlos M. de Céspedes, ultimaba los preparativos para las acciones. Fidel daba los últimos pasos organizativos, se acercaba la Hora Cero, como le llamaban aquellos revolucionarios al momento de la acción.
El Movimiento necesitaba de un Himno y un Manifiesto para cuando por fin tuviera lugar la primera gran acción. Entre aquel grupo se encontraban un joven amante de la poesía y de formación musical autodidacta: Agustín Díaz Cartaya, y Raúl Gómez García, amante también de la poesía y del periodismo.
Al primero le pidió que compusiera el himno. A Raúl que redactara el Manifiesto.
Ambos cumplieron la misión. Díaz Cartaya compuso la Marcha de la Libertad, que luego se llamaría Marcha del 26 de Julio. Raúl Gómez García redactó el Manifiesto, que se conoce como Manifiesto del Moncada o Manifiesto a la Nación. Pero, la emoción del momento lo condujo a escribir el también conocido poema Ya estamos en combate, por el cual a Gómez García se le conoce como el Poeta de la Generación del Centenario.
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